viernes, 10 de abril de 2009

El reposo del fuego

El reposo del fuego

“(Si se excavan
Unos metros de tierra
Brota el lago.
Tienen sed las montañas, el salitre
va royendo los años.
Queda el lodo
en que yace el cadáver de la pétrea
ciudad de Moctezuma.
Y comerá también estos siniestros
palacios de reflejos, muy lealmente,
fiel a la destrucción que lo preserva.)"



"6
¿Hasta cuándo, en qué islote sin presagios,
hallaremos la paz para las aguas,
tan sangrientas, tan sucias, tan remotas,
tan subterráneas ya extinguidas
de nuestro pobre lago, cenagoso
ojo de los volcanes, dios del valle
que nadie vio de frente y cuyo nombre
los antiguos callaron?

¿Qué se hicieron
tantos jardines, las embarcaciones,
y los bosques, las flores y los prados?
Los mataron
Para alzar su palacio los ladrones.
¿Qué se hicieron los lagos, los canales
de la ciudad, sus ondas y rumores?
Los llenaron de mierda, los cubrieron
para abrir paso a todos los carruajes
de los eternos amos de esta tierra,
este cráter lunar donde se asienta
la ciudad movediza, la fluctuante
capital de la noche.

Dijo el virrey:
Los hombres de este reino
son seres para siempre condenados
a eterna oscuridad y abatimiento.
Para callar y obedecer nacieron.

La injuria del virrey flota en el lodo.
Ningún tiempo pasado ciertamente
Fue peor ni fue mejor."


“7

México subterráneo… El poderoso
virrey, emperador, sátrapa hizo
de los lagos y bosques el desierto.

Hemos creado el desierto: las montañas,
rígidas de basalto y sombra y polvo,
son la inmovilidad.
Vibra el estruendo
que hacen las aguas muertas resonando
en el silencio cóncavo.
Es retórica,
Iniquidad retórica hasta el llanto.”
















José Emilio Pacheco

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